Este jueves, la histórica espera en la Plaza de San Pedro llegó a su fin cuando, tras varias rondas de votación, los cardenales reunidos en el cónclave eligieron finalmente al nuevo papa de la Iglesia Católica. A las 11:15 de la mañana, una columna de humo blanco surgió de la chimenea de la Capilla Sixtina, un signo claro de que el proceso de elección había culminado con éxito.
La Plaza de San Pedro, llena de miles de fieles y curiosos de todo el mundo, estalló en aplausos y vítores al ver el esperado humo blanco ascender hacia el cielo. Las campanas de la Basílica de San Pedro comenzaron a repicar en un sonido solemne y festivo, marcando el momento histórico en que la Iglesia Católica da la bienvenida a su nuevo líder espiritual.
A lo largo de los pasillos de la plaza, los transeúntes levantaban los teléfonos móviles para capturar el momento, mientras que algunos, con lágrimas en los ojos, se abrazaban y celebraban la noticia con un entusiasmo palpable. La expectación, que había mantenido a la multitud en vilo durante días, finalmente se transformó en emoción colectiva.
